12 Mar Seis sencillas recomendaciones para controlar la incontinencia urinaria
Tome un medicamento. Sométase a una cirugía. Use pañales para adultos. Esas son las tres opciones que ofrecen la mayoría de los doctores cuando tratan a alguien con incontinencia urinaria, que es la salida involuntaria de orina. Pero algunos expertos que incorporan la medicina alternativa en su consulta dicen que estas terapias deben usarse solo como un último recurso y no como recomendaciones estándares.
Ellos calculan que entre el 80 y el 90 por ciento de las personas con incontinencia urinaria, la mayoría de las cuales son mujeres, pueden encontrar alivio con terapias más seguras y menos molestas.
Los medicamentos pueden tener efectos secundarios. La cirugía tiene sus riesgos. Una toalla absorbente no es una solución.
Antes de recurrir a medidas tan drásticas, la mayoría de las personas deben probar métodos conductuales y alimenticios para resolver el problema, dice la Dra. Genevieve M. Messick, una doctora en medicina de Columbus, Ohio, que se especializa en incontinencia urinaria y disfunción del piso pélvico. Sólo si los tratamientos naturales fallan, entonces podrán recurrir a los otros.
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Cafeína: Corta el consumo, para disminuir la irritación
“La cafeína es un irritante que hace que la vejiga sea más espástica”, explica la Dra. Messick. La cafeína también es diurética, lo que significa que hace que tu cuerpo produzca más orina. “Estos dos factores puede hacer que empeore la incontinencia”, dice.
La cafeína no solo se encuentra en los refrescos de cola, té y el café, agrega Diane Kaschak Newman, una enfermera que trabaja con adultos en Filadelfia. También está presente en el chocolate y en algunos fármacos que se venden sin receta, como Excedrin, Anacin y Midol.
“Si tu sospechas que la cafeína está causando problemas en la vejiga, disminuye gradualmente el consumo y mira si mejoran tus síntomas”, aconseja Newman.
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Alcohol: La abstinencia puede contrarrestar la incontinencia
Los músculos del piso pélvico controlan la apertura y el cierre de la uretra, que es el conducto a través del cual sale la orina de la vejiga. Los músculos débiles del piso pélvico es una de las causas principales de incontinencia urinaria en mujeres.
El alcohol causa que estos músculos se debiliten aún más, y debido a que el alcohol también tiene un efecto diurético, los músculos débiles se ven forzados a retener más orina. Por lo tanto, lo más sabio es disminuir –o eliminar- el consumo de alcohol y ver si tus síntomas se mejoran, aconseja la Dra. Messick.
Si en efecto mejoran, entonces ya sabes que tienes que disminuir el consumo de alcohol.
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Aspartame: Amargo para la vejiga
“Los edulcorantes artificiales que contienen aspartame pueden irritar la vejiga. En mi experiencia, parecen ser una causa común de disfunción de la vejiga, urgencia o frecuencia urinaria e incontinencia”, dice. Newman.
“Yo he tenido pacientes que ya habían pasado por una cirugía y habían tomado medicamentos, todo sin conseguir alivio –dice-. Pero cuando se abstuvieron de usar aspartame, su incontinencia desapareció”.
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Agua: Entre más tomes, mejor
Las personas con incontinencia urinaria a veces tratan de controlar su problema tomando menos agua. Después de todo, menos agua significa menos orina, lo que se traduce en una menor probabilidad de tener un accidente, ¿correcto? Pues no, dice Newman.
Tomar menos agua produce orina más concentrada, la cual irrita a la vejiga. Esto, a su vez, puede incrementar la frecuencia de la micción y las probabilidades de tener un accidente.
Ella recomienda tomar ocho vasos de 8 onzas (240 ml) de agua al día, pero a pequeños sorbos durante todo el día en vez de beber mucha agua en una sola sentada. Esto ayudará a prevenir esa sensación abrumante de urgencia, dice Newman.
Pero sí debes beber menos agua en la noche, agrega. Ella sugiere que no bebas líquido alguno tres horas antes de irte a acostar. De esta manera, será menos probable que despiertes a media noche con la urgencia de orinar.
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Ejercicios de Kegel: Házlos bien
Los músculos del piso pélvico son como una honda que soporta a la vejiga y a la uretra. Fortalecer estos músculos permite que las mujeres con incontinencia (u hombres que presentan incontinencia después de una cirugía de la próstata) mantengan la orina en la vejiga hasta que decidan dejarla salir.
“Algunos profesionales en el cuidado de la salud le dirán que los ejercicios para fortalecer los músculos del piso pélvico (llamados ejercicios de Kegel en honor al ginecólogo que los inventó en la década de los años 40) no funcionan”, dice Kathryn Burgio, Ph.D., directora del programa de continencia en la Universidad de Alabama en Birmingham.
Pero, eso se debe a que generalmente no se les enseña a las personas a hacerlos bien. Si se hacen correctamente, estos ejercicios funcionan para la mayoría de las personas que los hacen. De hecho, puede que observes una mejoría significativa al cabo de ocho semanas, dice la Dra. Burgio. Así es como se deben hacer.
Primero, necesitas saber dónde están los músculos. Puedes ubicarlos al detener o alentar el flujo de orina la próxima vez que vayas al baño, dice la Dra. Burgio.
Los músculos que usas para hacer eso son los músculos del piso pélvico. Otra manera de identificarlos es apretando los mismos músculos que empleas para no expulsar un gas cuando estás en público. Las mujeres también pueden encontrarlos al apretar los músculos vaginales.
Varias veces al día, aprieta los músculos y mantén la contracción durante diez segundos, dice la Dra. Burgio. Al principio, es posible que no puedas mantenerla durante este tiempo, pero no te preocupe. Empieza por mantener hasta contar a tres (un elefante, dos elefantes, tres elefantes), y luego suelta la contracción. Con el tiempo, vas a durar más hasta que puedas mantenerla hasta contar a diez.
Algunas personas tienden a contraer sus músculos abdominales por error. Respirar normal y regularmente mientras haces los ejercicios de Kegel te ayudará a mantener relajado tu abdomen, dice la Dra. Burgio. También, puedes colocar una mano sobre tu abdomen para asegurarte que no estés apretando los músculos ahí, agrega.
Cuando estés haciendo los ejercicios de Kegel correctamente, sentirás como si se elevara el área de tu vagina o como si te estuvieran jalando el recto, dice Newman.
Para fortalecer estos músculos, necesitas hacer 45 minutos de Kegel al día. Lo mejor es hacerlos en series de 15 repeticiones, tres veces al día.
“El error más común es que las personas sencillamente olvidan hacerlos”, dice la Dra. Burgio. La mejor manera de acordarse de hacer tus ejercicios de Kegel es escoger algunas de las actividades que realiza cada día, como ducharte, cepillarte los dientes o comer, y hacer los ejercicios mientras realizas estas actividades.
¿Le parecen como demasiadas distracciones? Solo sígalos haciendo. “Al principio, tendrá que hacer un esfuerzo por concentrarse –dice la Dra. Burgio-. Pero después de que se vuelvan un hábito, empezará a hacerlos automáticamente”.
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Estrategia para la urgencia: Controla la situación
Imagina que tienes una urgencia bárbara para orinar. Es una sensación que no puedes ignorar. Al momento que sientes la urgencia, sales disparado al baño más cercano porque temes que si no vas, tendrás un episodio de incontinencia por urgencia, lo que sencillamente significa que sale orina antes de que llegue al baño.
Las personas con este tipo de incontinencia a menudo encuentran que esta sensación de urgencia les viene cada vez con más frecuencia y poco después, parece que se ha adueñado de su vida. Lo que es peor, esos correteos constantes solo hacen que se sacuda la vejiga y aumentan la presión abdominal, la cual puede empujar la orina hacia afuera.
Pues bueno, es hora de retomar el control, con una ‘estrategia para la urgencia’. A continuación indicamos lo que la Dra. Burgio recomienda.
- Cuando te venga la urgencia, deja de hacer lo que estés haciendo y quédate en tu lugar. Si te es posible, siéntate o quédate de pie sin moverte.
- Quédate muy quieto. Cuando estás quieto, es más fácil controlar la urgencia.
- Aprieta los músculos del piso pélvico rápidamente varias veces, pero no te relajes completamente entre cada contracción.
- Relaja el resto del cuerpo. Respira profundamente unas cuantas veces y deja ir la tensión. Concéntrate en suprimir esa sensación de urgencia.
- Espera hasta que desaparezca la urgencia.
- Vaya al baño, caminando a un paso normal. No te apresures. Sigue apretando rápidamente los músculos del piso pélvico mientras caminas.
Si haces esto cada vez que te dé una sensación de urgencia, “será más probable que logres mantenerte seco en tu trayecto al baño”, dice la Dra. Burgio.
Guía de Cuidados Profesionales
Solo alrededor de la mitad de las personas con incontinencia urinaria consultan a un médico para este problema, dice la Dra. Genevieve M. Messick, una doctora en medicina de Columbus, Ohio, que se especializa en incontinencia urinaria y disfunción del piso pélvico. Muchas de estas personas recurren al uso de toallas absorbentes porque los comerciales de la televisión han logrado convencerlas de que la incontinencia es una parte normal del envejecimiento y que usar toallas es una manera razonable de controlar el problema.
Sin embargo, en muchos casos, la incontinencia se puede controlar o eliminar con el tratamiento adecuado, haciendo innecesario el uso de toallas, dice la Dra. Messick. El mejor lugar para recibir ese tratamiento, dice, es un centro que se dedique a los problemas de incontinencia.
Primero, un cirujano, ginecólogo o urólogo que trabaje en el centro descartará cualquier tipo de problema que requiera cirugía. Luego, le enseñarán como alimentarse. Recibirá instrucciones para realizar técnicas conductuales como las que se describieron en este capítulo. Y también le asesorarán para ayudarle a lidiar con los retos emocionales y relativos al estilo de vida que implica la incontinencia.
Lo más importante es que su programa de incontinencia habrá sido diseñado específicamente para usted; no existe una única solución que le dé resultado a todas las personas que padecen este problema, dice la Dra. Messick.
⇒ Fuente: Libro de curas alternativas de Bill Gottlieb, autor de nuevas alternativa para curarse naturalmente.