Dan clases en los bosques para que niños se vinculen con la naturaleza

Este hermoso acontecimiento se da en Dinamarca. El 20% de los kindergarten ofrecen clases en los bosques. Verano e invierno, los niños están afuera, cortando leña y trepando árboles. Salud, sociabilidad, concentración… los beneficios para el desarrollo del estudiante son numerosos.


Sin necesidad de permiso para trepar a los árboles, la escuela de estos pequeños daneses tiene lugar en el bosque.

Una tradición en Dinamarca

Dos de cada diez jardines de infantes están en el bosque.  En una de estas escuelas, el alfabeto es descifrado, pero rodeado de naturaleza.

A las 9 de la mañana, los chiquitos ya están trabajando: los niños quitan la corteza para reparar el arenero. “Es un aserradero real”, exclama el director de la escuela. Uno de los niños incluso quita la corteza con un cuchillo, un instrumento que pudo obtener gracias a la confianza de su maestro.

Al borde del bosque, encaramados a seis metros de altura, pequeñitos de cuatro años tienen acceso a herramientas grandes, como sierras simplemente demostrando que pueden desenvolverse bien con ellas. Para prevenir el peligro, para aprender la autoconfianza, para todo eso, el bosque es un campo de juego ideal.

Historia

En los años ’50, los daneses tuvieron la idea de convertir los espacios naturales en aulas, dando lugar así, a un modelo educativo en que el vínculo entre los alumnos y la naturaleza es la puerta a un aprendizaje basado en la curiosidad, la exploración, y el desarrollo de una conciencia medioambiental.

En principio, esta propuesta se orientaba a los niños en edad de pre jardín y jardín de infantes de Dinamarca, no obstante, en ciertos casos se ha extendido a los primeros años de la educación primaria. Actualmente, las «forest schools» son también una realidad en países como Alemania, España, Suecia y Noruega.

¿Peligros?

En 27 años, el director dice que nunca ha tenido ningún accidente con sus estudiantes, con la excepción de un brazo roto. Son gratis, pero bajo supervisión, esto es exactamente lo que les gusta a los padres. Hay más de 700 jardines de infantes en la naturaleza. El concepto se exporta a otros países y también existen escuelas infantiles inspiradas en este modelo en Francia, Alemania, España y Australia.

Algunas ventajas de las escuelas bosque:
Autoconfianza y mejores destrezas motoras:

En una jornada típica en estas escuelas, los alumnos acostumbran a trepar árboles, desplazarse por distintos tipos de terrenos, manipular cuchillos o hachas y hacer fuego como parte de sus actividades cotidianas. Dichas prácticas, supervisadas por maestros, colaboran en el desarrollo del valor personal y optimizan la inteligencia motora de los infantes.

Fijación del aprendizaje y mayor concentración:

Los alumnos al tener clases en los bosques realizan un aprendizaje más sólido de los conocimientos teóricos adquiridos en las asignaturas, al poder volcarlos y/o observarlos en acción en el contexto natural. Por otro lado, el asombro y la curiosidad que despierta la naturaleza en los chicos, ayuda a mejorar su capacidad de concentración.

Hábitos más saludables:

Tener un bosque como salón de clases, ayuda a valorar la importancia del ejercicio físico y de las actividades al aire libre, construyendo, de este modo, hábitos saludables desde la infancia.

Cuidado del medio ambiente y comprensión de las ciencias:

El continuo contacto con la naturaleza, les permite a los niños obtener un conocimiento de primera mano sobre el medio ambiente. De esta manera, presentan una mejor predisposición en la comprensión de la ciencia y naturaleza, además de fijar su compromiso con el ambiente.

El enfoque

El enfoque danés de dar clases en los bosques como parte de la pedagogía en la primera infancia, tiene sus raíces en el trabajo de Froebel, quien inspiró a los pedagogos daneses a iniciar un sistema de jardín de infancia que incluía entornos naturales y oportunidades para que los niños pequeños se desarrollaran y aprendieran al aire libre. A partir de esto, se desarrolló un enfoque de aprendizaje y desarrollo más centrado en el niño, lo que llevó a creencias más humanistas en torno al cuidado y la educación de los mismos.

La pedagogía danesa actual ve la crianza de los niños y las relaciones entre el joven, la familia y la sociedad de una manera democrática y humanista; por ejemplo, una encuesta realizada en 2009 por el Consejo de Copenhague enumeró los valores que los padres y los pedagogos consideran más importantes para que los niños aprendan en entornos de la primera infancia como autoestima, independencia, consideración por los demás y tolerancia. También consideran que las experiencias importantes que los niños deben tener en estos entornos son aquellas que son de y en la naturaleza, con animales, y que involucran paz y tranquilidad.

 

⇒ Con información de Noticias Ambientales e Inspimundo

Denisse Espinoza