28 Ene Expresar amor en cada momento de la vida te mantiene seguro, alegre y sano
“Donde existe el Amor, existe el ser humano y existe Dios. Dios es Amor. Por lo tanto: ¡AMA!”
Esta es una frase tomada del libro El Don Supremo de Paulo Coelho; que me trae al pensamiento cuán importante y necesario es expresar amor en cada momento de nuestra vida.
A mi entender si cada palabra, cada acto, cada mirada, cada gesto con que nos dirigimos a los demás lo hacemos con amabilidad, con amor; el mundo empezaría a moverse con este noble sentimiento.
Es cada vez mayor los estudios e investigaciones que indican que amar y tener una vida con armonía promueve el bienestar y la salud. Prodigar afecto y amor hacia nuestros semejantes es parte de nuestra verdadera naturaleza.
La vida de Cristo Jesús es uno de los mejores modelos de lo que significa expresar el verdadero amor cuando dijo: “Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado.” El poder de ese amor se manifestó en todo momento con todos los que le seguían y especialmente en sus obras sanadoras.
¿De dónde proviene ese Amor que vivifica, sana y elimina discordias?
Ese Amor proviene de lo divino, no es un amor personal, que busca lo suyo, es un sentimiento que prodiga el bienestar y ama porque no puede hacerlo de otra forma; es el Amor, Dios, reflejándose en cada uno, dejando de lado todo pensamiento humano de orgullo y voluntad propia, sometiéndose a lo espiritual y verdadero, a nuestra verdadera identidad.
En su libro Escritos Misceláneos, la escritora cristiana Mary Baker Eddy dice del Amor: “¡Sobre cuantos miles de mundos tiene alcance y es soberana! Aquello que no se deriva de cosa alguna, lo incomparable, el todo infinito del bien, el Dios único, es Amor” Y está al alcance de todos en todas partes.
Este maravilloso Amor divino, que es el todo del bien fue lo que Florence Anika de Francia deseaba encontrar, a ella le diagnosticaron cáncer; y al buscar inspiración y fortaleza para decidir que ayuda requería, se decidió por la curación espiritual.
En su travesía a su curación, se encontró con que tenía que perdonar rencillas antiguas y amar; cuanto más investigaba sobre las realidades espirituales del ser y la salud halló que La Vida es Dios y que Dios es Amor; que podía hallar el Amor de Dios todas partes, aquí, allá, arriba y alrededor, y sobre todo lo anterior, nunca ni por un instante había estado apartada de Él. Al tomar consciencia que el Amor estaba ahí mismo y que ella era y es la expresión del Amor de Dios, sanó por completo y permanentemente.
Descubrir que todos en cada lugar en donde nos encontremos, sin tomar en cuenta lo que pareciera estar sucediendo y causando temor, podemos tomar conciencia de que somos la expresión del Amor de Dios, y que nuestro ser, nuestra vida se mueve y existe porque Dios es Amor, que está en acción en toda circunstancia; y reconocerlo de esta manera trae curación para todo tipo de discordancia.
Ser receptivo al bien y vivir de acuerdo a ello, es avanzar cada día en el camino correcto y con un pensamiento más espiritualizado, aceptando y demostrando Amor con todos, nos mantiene seguros, alegres y sanos.
Nada se puede oponer al maravilloso poder del Amor divino siempre presente, porque donde existe Amor, está Dios.
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