Los sonidos en extinción de la cultura global se preservan en un peculiar museo en línea

 

Seguro que cualquier persona mayor a los 15 años todavía recuerda con claridad cómo sonaba el Pac-Man –y no necesita una explicación sobre lo que es-, o el ringtone del primer Nokia. Pero, ¿cuánto tiempo va a pasar hasta que estos sonidos queden olvidados en el pasado?

Brendan Chilcutt, un geek informático de Tennessee, Estados Unidos, está decidido a que no ocurra nunca más lo que ha venido sucediendo una vez tras otra cuando los ‘viejos tiempos’ ceden inevitablemente su espacio ante la llegada de la ‘modernidad’.

¿Te has preguntado alguna vez cuántos sonidos que acompañaron tu infancia y que fueron parte importante de la humanidad se perdieron para siempre? Sí, exacto, millones…

Es por ello que Chilcutt decidió crear un museo virtual de los últimos sonidos emblemáticos que hicieron historia y que aún no se han perdido, con el objetivo de que no se extingan sean parte del imaginario por siempre. Y a este ambicioso proyecto lo bautizó como Museum of Endangered Sounds.

“Imagina un mundo en el que nunca pudieras volver a escuchar el sonido de arranque del Windows 95”, escribe en la página web del museo.

Chilcutt reconoce que la tecnología avanza día a día y es inevitable que los nuevos aparatos electrónicos sustituyan a los viejos, dejándolos en el olvido. Pero, “cuando todo el mundo adopte aparatos con interfaces táctiles silenciosas, ¿a dónde voltearemos por el sonido?”.

Preguntas como esta hicieron que en 2012 ideara un plan de diez años para reunir todos los sonidos que le gustan.

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Hoy en día ya se pueden escuchar algunos de los sonidos recogidos por él, como los de:

  • Una caja registradora
  • Una cámara Olympus Trip 35
  • Una máquina de escribir
  • El Nintendo 64
  • Un fax
  • El Pac-Man
  • Un Tamagotchi

 

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Sonido favorito

Uno de los sonidos favoritos de Chilcutt es el ruido de una cinta de video VHS al ser succionado por una videocasetera, específicamente una modelo HR-7100 de JVC, lanzada en 1983.

“Es un sonido maravillosamente complejo”, asegura. “Pero, con el streaming volviéndose cada vez más común, es muy probable que el mundo no vuelva a escuchar ni ver máquinas antiguas como la HR-7100“, señala.

Chilcutt no solo ha reunido sonidos digitales de la primera etapa tecnológica, también hay de aquellos dispositivos que marcaron esa época temprana como el tono de llamada del ya histórico Nokia 3310, el crujido extraño de una cinta de video entrando en el aparato reproductor o el de un cassette rebobinándose.

Y lo que está claro es que, con lo rápido que aparecen y desaparecen los dispositivos tecnológicos, el museo es un proyecto que tiene trabajo de por vida.

 

 

* Visto en BBC

 

 

Denisse Espinoza