14 Dic Pensar en estar sano y enfocarse en lo bueno promueve la curación
Hoy en día, muchas personas en todo el mundo buscan alternativas para tratar su salud personal que difieran de los llamados métodos convencionales. Cada una responde de forma distinta, ya sea que se trate de medicina complementaria o alternativa.
Los motivos por los cuales recurren a la medicina no convencional son variados y pueden estar relacionados con sus creencias, con la ineficacia de algún tratamiento anterior o para probar algo más naturista.
En España, se menciona a la medicina integrativa como una manera de entender la salud y el bienestar. Se trata de un enfoque que considera al paciente desde la perspectiva física, psicológica, nutricional y social.
Hay una creciente búsqueda para obtener una vida sana, y para eso, muchos se dan cuenta que es esencial abordar las necesidades emocionales.
Existe una tendencia por parte de los profesionales de la salud a comprender y escuchar más al paciente, partiendo de sus emociones y estados de ánimo. Bajo esta perspectiva, el médico y el enfermero demuestran tanto compasión como pasión por curar.
Pero, ¿cuál es el factor más importante en la curación?
El pensamiento es una clave fundamental en la curación y se exterioriza en nuestro cuerpo. Pensar en estar sano y enfocarse en lo bueno promueve la curación.
La sanadora metafísica Mary Baker Eddy redescubrió el efecto del pensamiento en el cuerpo y su perdido elemento de curación llevado a la práctica por Cristo Jesús. En su libro best seller Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras ella llegó a la conclusión de que “la enfermedad es la imagen exteriorizada del pensamiento”.
Un cuerpo sano es el resultado de la sintonía del pensamiento con lo Divino, por lo tanto la manera de pensar está directamente relacionada con la la salud. Para ser totalmente sano hay que eliminar posibles pensamientos que hayan causado la enfermedad o malestar o pensamientos que, sin darte cuenta, hayas aceptado con temor. Cuando se logra eliminar tales pensamientos, los síntomas naturalmente desaparecen. Podríamos entonces concluir que un cambio mental interior causa una transformación exterior.
Hace unos 3 mil años un salmista bíblico expresó al Divino su alegría así: “Has cambiado mi lamento en baile”. La purificación y la transformación del pensamiento traen consigo un estado de gozo espiritual y de salud.
¿No te gustaría probarlo?
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