23 Feb Quizás no necesites un tratamiento médico, sino buscar la realidad espiritual
Un artículo del Dr. Robert Pearl M.D., publicado en Forbes, me hizo pensar que quizás millones de personas en los EEUU y en otros países no necesitarían someterse a ciertas intervenciones quirúrgicas o tratamientos.
Pearl explica claramente en su artículo que algunos procedimientos médicos son agresivos e invasivos, y otros innecesarios, incluso para lo que se considera prevención. Dice que “examinarse con más frecuencia que las directivas nacionales recomiendan, es ineficaz, una pérdida de tiempo y de recursos”.
He observado que muchas veces el miedo a la enfermedad o al diagnóstico causa una gran inestabilidad emocional en las personas, lo que les dificulta ver cuál es la mejor decisión para su salud. Por ejemplo, ¿cómo reaccionarías si fueras a hacerte un examen de la vista y el oftalmólogo te dijera que estás con principio de catarata, que en pocos meses crecería mucho, a punto de impedirte manejar y ver claramente?
Exactamente eso pasó con mi amiga Beth. Como ese diagnóstico es muy alarmante, lo más común sería que la persona se sintiera insegura y con dudas sobre su futuro. Pero Beth decidió enfrentar esa situación de una manera diferente, pues ella suele orar todos los días. Esa oración consiste en comprender la realidad espiritual y sentir su unión con el único poder creador, Dios, que solo conoce el bien y es la fuente de la salud.
Como estudia diariamente la Biblia y el libro Ciencia y Salud, Beth se acordó de lo que ocurrió con Moisés en el capítulo 4 de Éxodo. Según relata la Biblia, Dios le pidió a Moisés que hablara con el Faraón egipcio para que dejara libres a sus esclavos israelitas. Pero Moisés tuvo miedo de hacerlo. Primero, porque decía que era tartamudo, segundo, ¿por qué habría de escucharlo el Faraón?
Entonces, para demostrarle a Moisés que él podría hacerlo, independientemente de sus condiciones físicas o sociales, Dios le pidió a Moisés que echara su vara al suelo. Cuando lo hizo, la vara se convirtió en una serpiente. Claro que Moisés huyó de ella, por miedo. Pero Dios le pidió que volviera y tomara la serpiente por la cola.
¿Te das cuenta del valor y la confianza que se necesitan para hacer algo así? Me imagino que eso sería muy difícil para mí. Pero, el temor de Moisés desapareció, y él lo hizo. Al momento que tocó su cola, la serpiente se transformó en vara nuevamente.
Ese episodio bíblico lo interpreta Mary Baker Eddy, autora de Ciencia y Salud y teóloga metafísica. Ella define la serpiente como el mal, y a la voz que él oía, como la inspiración de la sabiduría divina. Al comprender espiritualmente esta inspiración, Moisés pudo vencer el temor. Además, Eddy explica que aquella ilusión perdió totalmente el poder de alarmarlo, pues era solo una creencia, no la verdadera realidad.
Esa fue la idea que ayudó a mi amiga: que la ilusión perdió el poder de alarmar a Moisés. Ella simplemente pensó: “Lo que oí no me va a alarmar tampoco”.
Beth siguió con su vida normal, sin temor porque había decidido ver la realidad espiritual acerca de sus ojos y otros aspectos cotidianos. En esa realidad, todo es perfecto, no sujeto a deterioro alguno.
Varios meses después, decidió ir a otro oftalmólogo. Al final del examen, él le dijo: “Sus ojos están excelentes”.
La decisión de no alarmarse, no temer y buscar la realidad espiritual fue esencial para que el problema no se desarrollara y se sanara por completo.
Quizás esa posición mental pueda ayudar a muchos que quieran saber más sobre la prevención y maneras de cuidar bien de la salud.