El suelo está vivo, hay que protegerlo y alimentarlo porque cuando se ignora este hecho la rica vida biológica que contiene disminuye, o muere de plano. Si esto ocurre las plantas crecen débiles y están expuestas enfermedades y plagas. Para mantener la fertilidad y conseguir que las plantas crezcan sanas debes conseguir un suelo equilibrado, sano y fértil.