Una verdadera Navidad es una fiesta del amor y un alejamiento de todo lo mundano

 

Las celebraciones de Navidad están relacionadas con fiestas en familia o reuniones con amigos y pareciera esperar esta época del año con sentimientos que anhelan un mundo de paz y de amor. Cada cual confiere a esos días un significado distinto. Para muchos la Navidad encierra momentos de felicidad, de esperanza y de unión familiar, mientras que para otros es una época con cierta tendencia a la tristeza o la nostalgia que en ocasiones les lleva a episodios depresivos.

La soledad puede aumentar la incidencia de depresión cuando se convierte en pensamientos o sentimientos negativos asociados a una visión negativa de la realidad. Pero, en algunos casos, el estar solo con uno mismo también puede calmar la mente, ayudar a fortalecer el auto-control, a conocerse mejor y a identificar las propias sensaciones, sentimientos y necesidades individuales.

Los pensamientos pueden llevar a la fuente de infelicidad o a la de alegría..

Shakespeare, el gran poeta inglés, expresaba: “No hay nada bueno ni malo, sino que el pensar lo hace así”.

La depresión afecta en España a un 4 ó 5% de la población y los índices parecen incrementarse en estas fiestas por diferentes razones que tienden a producir estrés. Algunas de ellas se originan por la compra de regalos, el consumo excesivo de alimentos y las obligaciones sociales.

Algunos tips para combatir este tipo de depresión durante las fiestas:

  • Cambia tus expectativas: aguarda siempre lo bueno
  • No aceptes pensamientos derrotistas y negativos
  • Intenta relajarte y alegrarte en cada momento
  • Disfruta sin excesos
  • Envuelve a alguien con un abrazo
  • Menos regalos y más amor

 

La felicidad no se asocia con la cantidad y la calidad de regalos que se hacen o por los manjares que se exponen en la mesa. La fuente de la felicidad está dentro de cada uno de nosotros y proviene de la única Mente infinita que nos colma abundantemente.

Esta es la realidad concerniente a todos.

Un estudio, publicado en la revista Psychiatry Research, mostró también que los aspectos religiosos eran muy comunes entre las personas que reciben tratamiento psiquiátrico a corto plazo, con un 80 por ciento que usaban la espiritualidad como un mecanismo de supervivencia.

La creencia en el mundo espiritual como una realidad y el poder de la oración, hace que las personas tengan una vida más saludable. La espiritualidad es el mejor antídoto para la depresión.

Cuando se aproxima la época navideña se suelen experimentar sentimientos de generosidad, de obsequiar, de compartir y de transmitir alegrías. La alegría, la unión familiar, el cariño y la generosidad se pueden reflejar a lo largo de todo el año. Cualidades divinas como la bondad, la solidaridad, la generosidad y ese anhelo de ayudar a nuestros semejantes por la oración, brotan de nuestra identificación con el Amor infinito y de la seguridad en Él.

Desde mi punto de vista, la verdadera Navidad va más allá de su aspecto exterior, porque reviste un sentido más profundo y espiritual. Su expresión encierra un mensaje de amor a la consciencia humana. Es la venida del Cristo, que se puede entender como la voz inaudible y suave que susurra el bien, o como la luz espiritual que ilumina el pensamiento.

El verdadero sentido de la Navidad comienza con el nombre. Navidad viene de natividad, es decir, nacimiento. Si bien simboliza el nacimiento de Jesús, puede discernirse como la entrada a un nuevo nacimiento para la comprensión de nuestra real naturaleza como ideas del Principio absoluto.

Una verdadera Navidad es una fiesta del Amor, un alejamiento de todo lo mundano.

El mensaje de amor universal y de paz que hubo en la época de Jesús está también al alcance de nosotros hoy, y podemos percibirlo.

Valoremos la Navidad como una oportunidad para reconocer que el cielo está dentro de nosotros mismos, ¡la herencia espiritual que el Amor divino estableció en cada uno desde siempre!

 

 

 

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