El discurso del jefe Seattle de la tribu de los Suquamish

Esta carta del Gran Jefe Seattle, fue escrita en 1854 al Presidente de los Estados Unidos de América, Franklin Pierce, quien hizo una oferta por una gran extensión de tierras en el noreste de los Estados Unidos donde vivían los Suquamish, ofreciendo crear una reserva para el pueblo indígena.

En respuesta a la oferta de éste de comprarle una gran extensión de tierras indias y crear una «reserva» para el pueblo indígena. Suponía el despojo de las tierras indias. El Gran Jefe, con su respuesta, creó el primer manifiesto en defensa del medio ambiente y la naturaleza.

El jefe indio murió el 7 de junio de 1866 a la edad de 80 años. Su memoria ha quedado en el tiempo y sus palabras continúan vigentes.

1.- La Tierra no pertenece al hombre, el hombre le pertenece a la Tierra.

2.- ¿Cómo se puede comprar o vender el cielo o el calor de la tierra?, esta idea nos parece extraña

3.- Si no somos dueños de la frescura del aire, ni del brillo del agua, ¿cómo podrán ustedes comprarlos?

4.- Cada pedazo de esta tierra es sagrado para mi pueblo, cada aguja brillante de pino, cada grano de arena de las riberas de los ríos, cada gota de rocío entre las sombras de los bosques, cada claro en la arboleda y el zumbido de cada insecto son sagrados en la memoria y tradiciones de mi pueblo. La savia que recorre el cuerpo de los árboles lleva consigo los recuerdos del hombre piel roja.

5.- Las fragantes flores son nuestras hermanas, el venado, el caballo, el águila majestuosa, son nuestros hermanos. Las escarpadas montañas, los húmedos prados, la tibieza de la piel del potro y el hombre; todos pertenecemos a la misma familia.

6.- El viento es algo precioso para el hombre de piel roja porque todas las cosas comparten el mismo aliento: el animal,  el árbol y el hombre.

7.- El hombre blanco, es un extraño que llega de noche y toma de la tierra lo que necesita, y una vez conquistada, sigue su camino dejando atrás la tumba de sus padres sin importarle.

8.- Ustedes caminarán hacia su destrucción, rodeados de gloria, inspirados por la fuerza de su Dios, que los trajo a esta tierra y que por algún designio especial les dio dominio sobre ella y sobre el piel roja.

9.- ¿Qué sería del hombre sin los animales? Si todos fueran exterminados, el hombre también moriría de melancolía porque lo que le sucede a los animales, también le sucederá al hombre, todo está enlazado.

10.-Esta tierra es preciosa, y despreciarla es despreciar a su Creador y se provocaría su irá. También los blancos se extinguirán, quizás antes que todas las otras tribus. Contaminan sus lechos y una noche perecerán ahogados en sus propios desechos. Ustedes caminan hacia su destrucción rodeados de gloria, inspirados por la fuerza del Dios que los trajo a esta tierra y que por algún designio especial les dio dominio sobre ella y sobre el piel roja. Ese destino es un misterio para nosotros, pues no entendemos porqué se exterminan los búfalos, se doman los caballos salvajes, se
impregnan los rincones secretos de los densos bosques con el olor de tantos hombres y se obstruye la visión del paisaje de las verdes colinas con un enjambre de alambres de hablar.

¿Dónde está el matorral? Destruido
¿Dónde esta el águila? Desapareció

Es el final de la vida y el inicio de la supervivencia.

 

⇒ Con información de Unam.mx y Squamish.nsn.us

Denisse Espinoza