La Ciudad de México se ha fijado la meta de ‘Basura Cero’

En la generación de residuos del país, La Ciudad de México ocupa el segundo lugar con 12.920 toneladas diarias, de las cuales 7.752 toneladas son residuos inorgánicos (el 60%) y 5.168 toneladas son residuos orgánicos (el 40%). Los residuos domiciliarios son los de mayor aportación. La capital se ha fijado  la meta de “Basura Cero”, una de las decisiones más relevantes en materia ambiental en toda su historia.

Con la vigencia de la norma NADF-024-AMBT-2013 el pasado 8 de julio de 2017 para separar la basura en cuatro fracciones, las dos preguntas más recurrentes que me han hecho son: ¿Para qué separar la basura si en el camión se mezcla? ¿Ahora si tendrá éxito la separación de la basura? Antes de dar respuesta a estas preguntas hago referencia a lo que ha declarado el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente y la Asociación Internacional de los Residuos Sólidos: “La gestión inadecuada de la basura es un gran problema global para la salud, la economía y el medio ambiente“. En la Ciudad de México no somos ajenos a esta problemática.

Joan Marc Simón, coordinador en Europa de la Alianza Internacional Residuo Cero nos dice: “El residuo cero es esencial en cualquier sociedad que quiera ser sostenible”. Las palabras de Simón nos dicen que tenemos que cambiar de paradigma y ver los residuos como recursos que pueden ser aprovechados, reutilizados y transformados incluso para la generación de energía.

En la Ciudad de México, una de las decisiones más relevantes con beneficios ambientales, sociales y económicos en el corto, mediano y largo plazo ha sido la determinación de establecer una política de “Basura Cero”, para un manejo integral de la basura.

Para fortalecer las acciones en el manejo de los residuos y con base en instrumentos normativos y regulatorios, la Secretaría del Medio Ambiente elaboró y publicó la norma ambiental NADF-024-AMBT-2013. La nueva ley tiene el propósito de impulsar y promover la separación de residuos en cuatro fracciones: orgánicos, inorgánicos reciclables, inorgánicos no reciclables y de manejo especial o voluminosos. Gracias a su puesta en marcha se ha logrado incrementar la cantidad de residuos orgánicos enviados a algún tipo de valorización, así como disminuir los residuos que se envían a rellenos sanitarios.

Otro instrumento regulatorio que estableció la Sedema desde 2016 es el Registro y Autorización para el Manejo Integral de Residuos (RAMIR). El registro está enfocado en fortalecer y regularizar a todos los establecimientos que realizan actividades relacionadas con el manejo de los residuos para su aprovechamiento y valorización. A través del RAMIR se han logrado 182 registros en la capital.

Es importante destacar que la separación de residuos sólidos es una acción de hábitos culturales, conciencia ambiental y corresponsabilidad entre Gobierno, comercio, empresas y la ciudadanía. Por eso, la Secretaria de Medio Ambiente realiza actividades de educación ambiental para promover el reciclaje en la población. Una de ellas es el “Mercado de trueque”, en donde una vez al mes de manera itinerante la ciudadanía puede entregar sus residuos domiciliarios por productos hortícolas de la zona chinampera del sur de la ciudad. El sistema se basa en los puntos verdes que los ciudadanos obtengan por cada residuo. Por ejemplo, un kilo de PET equivale a 18 puntos verdes. En estos cinco años de la Administración hemos acopiado más de 1.000 toneladas de residuos inorgánicos reciclables y han participado más de 220.000 personas.

Asimismo, el programa Reciclatrón incentiva el acopio de residuos eléctricos y electrónicos, además de garantizar un tratamiento adecuado a través de procesos que no afectan al ambiente. Durante el año en curso se han acopiado más de 100 toneladas de residuos electrónicos y en lo que va de ésta administración se han recolectado 1.150 toneladas y han participado más de 25.000 personas. La iniciativa “Ponte pilas con tu ciudad” acopia y garantiza el tratamiento y reciclaje de las pilas usadas a través de 400 columnas distribuidas en 13 de las 16 demarcaciones territoriales.

El cambio de la gestión de los residuos es una política pública que favorece el proceso de reciclaje, facilita el aprovechamiento de los residuos y promueve la energía limpia. Si bien existirán inercias e intereses económicos afectados por el nuevo modelo en la gestión de residuos, estos factores no deben ser un obstáculo para reforzar una cultura de reciclaje con todos los actores de la sociedad y ejercer nuestra responsabilidad ciudadana de separar adecuadamente la basura que generamos todos los días.

 

 

* Escrito por Tanya Muller García

⇒ Tomado de El País