La meditación no es una práctica de autoayuda

Tampoco los libros que hablan de esta ciencia milenaria, ni las filosofías orientales. Simplemente somos seres a los que no nos enseñaron a saber quiénes somos realmente y nos han mostrado un mundo que es exclusivamente externo, en el que se dan todos nuestros triunfos y pérdidas.

Por lógica consecuencia, si nos frustramos en ese mundo aparece la depresión y la idea absurda de que algún amigo o psiquiatra nos puede sacar a flote.

El enfoque de un meditador es desde adentro hacia afuera y no al revés. Sanar de la depresión a través de nuestra mirada en nuestro amor, creación y sabiduría internos, es la solución para no buscar afuera lo que el afuera nunca nos va a dar.

La meditación nos muestra ese mundo interno en el cual reinamos en estado de amor, de sabiduría y de creación y nos posibilita la dicha de llevar al mundo externo ese estado, a través del cual, sanamos nuestra vida material.