12 Jul Perú cura un río gracias a sus saberes ancestrales y una solución científica
Una comunidad campesina de la cordillera Blanca cura un río utilizando saberes ancestrales y soluciones científicas. La iniciativa figura entre las diez favoritas (de un centenar de proyectos de todo el mundo) a ganar el concurso Solution Search: Water Pollution & Behavior Change.
La comunidad ubicada en el Parque Nacional Huascarán estuvo seriamente afectada por la contaminación de las aguas del río Negro debido al retroceso glaciar que dejó las rocas expuestas en las montañas que generan acidificación y disolución de metales en el agua por arrastre de las lluvias.
“Todos en la comunidad, estamos muy emocionados por haber sido seleccionados para representar al país. ¡Han participado más de 33 países del mundo!”, dijo el emocionado campesino Vicente Salvador Gonzales, quien hace más de seis años se propuso curar con sus propias manos el río Negro, afectado por el cambio climático.
Agradecimiento
Lo primero que hizo al enterarse de tan importante noticia fue agradecer a la pachamama.
Este valeroso hombre de campo no solo comparte este reconocimiento con quienes integran el Comité de Investigación Agropecuario Local (CIAL), que él preside, sino también con los ingenieros del Instituto de Montaña, que les enseñaron a monitorear la calidad del agua contaminada por el óxido tóxico de las rocas, con ayuda de dos instrumentos, que hasta hoy, son guardados como en un tesoro en un maletín negro: el peachímetro y el conductímetro.
“El peachímetro sirve para medir la acidez de los líquidos. Si después de sumergirlo en el agua, el pH es de 3,5 eso significa que no es apta para el consumo humano ni animal. El agua debe tener entre 6,5 y 8,5 de pH para tomarla sin que parezca una limonada”, explicó Fructuosa Cruz, integrante de CIAL, en una visita que hizo la revista Somos a la zona, en abril de 2016, para conocer el daño ocasionado por el calentamiento global.
Sistema purificador
Para revertir el daño, don Salvador, junto a los ingenieros del Instituto de Montaña y especialistas de la Universidad Nacional Santiago Antúnez de Mayolo, construyeron un sistema purificador que colecta el agua contaminada del río en pequeñas pozas de sedimentación.
Estos hoyos, cada uno con cuatro metros de ancho y casi diez metros de alto, permiten que los metales que se desplazan por la corriente (hierro, plomo, cadmio, cromo, arsénico) se depositen en el fondo, haciendo las veces de una coladera. Esta primera fase se complementa con el sistema de humedales naturales.
El cambio
Plantamos alrededor de 900 totorales, una planta andina cuyas raíces tienen la capacidad de absorber los metales del agua”, contó Doris Chávez Osorio, coordinadora del proyecto de biorremediación.
Los cambios empezaron a verse cuando las vacas empezaron a engordar y la ropa de los pobladores dejaron de teñirse de naranja. “Es increíble lo que don Salvador y la comunidad han logrado, estamos muy orgullosos de ellos”, añadió.
Todos sabemos que el agua limpia es fundamental para los seres humanos y los ecosistemas del planeta. Por eso la purificación de las aguas del río negro, se ha convertido en una opción favorita del concurso. ¡Cura un río, cura la vida del planeta!
⇒ Con información de Portal Ambiental, Rumbo minero y El Comercio