Prueba algo diferente y saludable, unas deliciosas alcachofas con limón y hierbas

 

Dificultad: fácil
Tiempo de preparación: 60 minutos
Raciones: para dos o cuatro personas


Ingredientes:

  •  1,2 kg de alcachofas
  • 1 limón
  • 3 cucharadas de aceite de oliva
  • 2-3 ramitas de romero fresco
  • 4-5 ramitas de tomillo limón fresco (o tomillo normal)
  • 1/4 de cucharadita de sal

Instrucciones:

Precalienta el horno a 190ºC.
Pon un bol grande con agua fría y un chorrito de zumo del limón (una – dos cucharadas).
Prepara las alcachofas cortando los tallos, las hojas exteriores más duras y la punta. Córtalas por la mitad y retira la pelusilla interior con el cuchillo o una cuchara. Frota medio limón en cada mitad y ve dejándolas en el bol con agua fría y zumo de limón.

Cuando las tengas todas limpias y cortadas sácalas del agua sin escurrirlas demasiado y ponlas en una fuente para horno. Salpícalas por encima con dos o tres cucharadas de zumo de limón, el aceite, las hierbas y la sal.

Mételo al horno a 190ºC 45 minutos aproximadamente (dependerá del tamaño de tus alcachofas). Vigílalo y sácalo cuando estén bien tiernas y doradas.

Sírvelo caliente.

Otra forma de hacerlas con un poco más de tiempo, es cocerlas primero al vapor (unos 15 minutos), dejar que se enfríen y marinarlas toda la noche en una vinagreta hecha con agua,  zumo de limón, aceite de oliva, hierbas (laurel, romero, tomillo, salvia, mejorana, etc.),  y dos o tres dientes de ajo picados o machacados.

Al día siguiente sácalas de la marinada y ásalas al horno a 200ºC unos 20 minutos. El sabor es mucho más intenso, quedan también muy tiernas y ligeramente crujientes en los bordes, y van genial para acompañar otros platos.

Procura usar alcachofas lo más frescas posible, con las hojas prietas y preferiblemente pequeñas (son más dulces y hay que cortar y limpiar menos). Las alcachofas empiezan a ‘oxidarse’ muy rápidamente cuando las cortamos, por eso se recomienda frotarlas con zumo de limón y dejarlas en agua con limón.

Las alcachofas medianas y grandes tienen esa ‘pelusilla’ en el centro que hay que quitar. No es muy agradable, queda dura, difícil de masticar y digerir.

Las pequeñas no lo han desarrollado aún, al cortarlas se ve el corazón (la parte más tierna) y las hojas, muy amarillas y tiernas. Esta pelusilla, si se deja la alcachofa en la planta y no se corta, dará lugar a un montón de pequeños pétalos morados. Al fin y al cabo la alcachofa es una flor inmadura de un cardo.

 

 

⇒ Con información de Creative Vegan

 

 

Denisse Espinoza