Con la práctica de la meditación se comprueba la trascendencia

Cuando uno se acerca a la práctica de la meditación, lo primero que busca es la calidad de vida, pero cuando se convierte en meditador se da cuenta de que la meditación nos muestra la TRASCENDENCIA del ser.

El meditador se desapega bastante del mundo terrenal y comienza a vivir una vida con un pie en una u otras dimensiones más conscientes, es decir una vida más completa. Cuando esto ocurre, todo el enfoque de la vida terrestre se transforma.

Entendemos que la vida pasa por el amor y todo lo demás es relativo. Un gran maestro de la humanidad dijo: “Se de este mundo pero no le pertenezcas” y de eso se trata. Si creemos que la vida es esto que tenemos ahora y con nuestro cuerpo físico se acaba todo… ¡estamos en problemas!.

Que no te quepa duda que pensando así aparece la angustia existencial y con esta angustia no se puede vivir. Vivir es vivir también más allá de la materia, la vida es eterna. Con la práctica de la meditación se comprueba esta trascendencia y a partir de esta comprensión va desapareciendo la angustia (sufrimiento).

Lógicamente que la práctica de la meditación mejora la calidad de vida de la persona, pero esto ocurre como consecuencia del tránsito de un camino que lleva a la verdad y a una consciencia única. Uno de los efectos de la meditación es la mejora de la calidad de vida pero el objetivo de la misma, es el estado de libertad por medio de la trascendencia.